Manual del político exquisito

La de 2009 fue una elección que creo que va a tener características similares a ésta: plebiscitar un modelo o una forma de vida más que un programa de gobierno. Y si bien en ese momento el gobierno nacional estaba en peores condiciones de lo que yo creo que va a estar en octubre, después de muchos años de vivir de una forma, los ciudadanos asumimos que lo que tenemos ya lo tenemos y vamos por la diferencia, y ahí se dan las alternancias.

Dice De Narváez. ¿Quién le roba a quién? Tanto él como Carrió, por poner algunos ajemplos, dicen que el gobierno nacional les roba las banderas. Pasó desde las políticas de DDHH hasta la AUH. Y ahora el Colo dice que lo que lo hecho no está en disputa, el programa de gobierno no se plebiscita. Hay malas noticias para él, si es cierot lo que dice.

Sobre todo a partir de la AUH (y ya había pasado con los DDHH) hubo una serie de demandas de diferentes sectores que han sido canalizados en el Congreso o vía decreto con el oficialismo como fuerza que garantizaba los números. Eso es deseable, no es robar banderas. Es hacerse cargo de la demanda social. Pero lo interesante es que el kirchnerismo también mostró habilidad para realizar mejor la agenda opositora.

Macri ganó en Capital a partir de iluminar una idea que se venía forjando desde su presidencia en boca: la gestión. Él se encargó de poner el foco en ese aspecto. Después de tres años de gobierno en la ciudad y de los mismo de Cristina en la nación, está clarísimo quién hizo mejor gestión de los dos.

El kirchnerismo no sólo se hizo cargo de demandas sociales, sino también de demandas políticas. Eso habría que anotarlo como “haber” a esta altura y el Colo lo nota: “lo que tenemos ya lo tenemos”. Hay que ver cuál va a ser la “diferencia” que plantee el kirchnerismo como plataforma de campaña porque el Colo dijo, en el mismo reportaje, que de él no esperen más que exquisiteces:

Lo que viene es una campaña mucho menos brutal en términos de intensidad y mucho más exquisita en términos de propuestas.