Redistribución

En cualquier lugar en el que un grupo de hombres hubiera salido de caza juntos, se llegaba por fin a un reparto. En la muta[1] habían actuado como uno, en el reparto debían separarse. Entre los hombres jamás se desarrolló un estómago común que posibilitara a una mayoría de ellos comer como una criatura única.

(Elías Canetti, Masa y poder, Muchnik, Barcelona, 2000, p. 199)

Por esta sencilla razón, porque no tenemos un solo estómago, sino que somos varios, pero porque sí producimos como uno y no como varios es que es necesario el reparto. No necesitamos que otro coma por nosotros, pero sí necesitamos que otros produzcan con nosotros. Si yo produzco algo es porque estoy en un contexto determinado que hace que sea más fácil hacerlo ahí, en ese preciso lugar que ocupo, y no en otra parte. Siempre hay alguien que está haciendo algo que yo no puedo y sin lo cual yo no puedo hacer lo que hago. O estoy haciendo algo que otro no puede hacer justamente porque yo lo estoy haciendo (y en algunos casos, hice lo imposible para que el otro no ocupara mi lugar). Y si lo que produzco genera mayor ganancia que otras cosas es gracias a que otros hacen esas otras cosas que yo necesito y que producen menos ganancias. Si mi producción es más gananciosa, es porque estoy gastando menos en alguna parte de la cadena y, por lo tanto, hay alguien que está produciendo algo que tiene menos ganancia de la que debería. Sin esa diferencia no hay concentración de los beneficios de esa producción. El problema es que en la masa, todos nos perdemos un poco.

mosaico en flor


[1] “La muta consiste en un grupo de hombres excitados que nada desean con mayor vehemencia que ser más. Cualquier cosa que emprendan en conjunto, salgan de caza o guerra, siempre la alcanzarían mejor siendo más numerosos. Para un grupo integrado por tan pocos miembros, cada uno que se les integra se convierte en un sensible e importante incremento irreemplazable. (…) Contaría mucho en la economía global del grupo, lo mismo que hoy cualquiera de nosotros apenas contamos.” (Canetti, p. 95)

Publicado el 28 julio 2009 en Uncategorized y etiquetado en . Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.

Deja un comentario